Guillermo Prada Trujillo, MD, MACP, FIDSA
Guillermo Prada nació en Bucaramanga y realizó el Bachillerato en el Colegio San Pedro Claver (Jesuitas), de su ciudad natal. Cursó estudios de Medicina en la Universidad Javeriana y posteriormente se especializó en Medicina Interna en el Hospital Militar Central (Universidad del Rosario). Terminada la especialidad, fue dos años Instructor de
Medicina Interna en el mismo Hospital. Durante ese lapso fue becado por el Hospital Muñiz y la Universidad de Buenos Aires para realizar prácticas de Infectología durante tres meses. Al regresar a Bogotá recibió otra beca del gobierno del Japón para estudios de Parasitología en Tokyo por otros tres meses. Igualmente, por esa época, realizó seis meses de prácticas de Microbiología en el Instituto Nacional de Salud en Bogotá, bajo la dirección del Dr. Miguel Guzmán Urrego y de la Dra. Elizabeth Castañeda. En 1.980 fue aceptado como Fellow en la Universidad de Maryland en donde completó su especialidad de Infectología en 1.983. Su llegada a la Universidad de Maryland no fue fortuita, dado que allí se realizaron buena parte de los estudios sobre la fisiopatología de la Fiebre Tifoidea; durante su pasantía como Residente del Hospital Militar, el Dr. Prada había tenido la oportunidad de trabajar en varias epidemias de Fiebre Tifoidea en personal militar y esto le permitió publicar algunos estudios al respecto, que facilitaron su entrada en Maryland.
Durante su estancia en Baltimore tuvo la oportunidad, desde Agosto de 1.981, de ver los primeros casos de Sida en esa ciudad, circunstancia que lo marcó en sus primeros años de práctica profesional.
Al terminar su especialización fue invitado por las directivas de la Fundación Santa Fé de Bogotá para crear el Servicio de Infectología de esa Institución. Justo allí tuvo la oportunidad de atender el primer caso documentado en el país de enfermedad por VIH. De allí en adelante la Fundación Santa Fé se convirtió en el epicentro de la enfermedad y el primer sitio en donde se atendían estos pacientes sin condicionamiento o rechazo alguno. Esta circunstancia le permitió al Dr. Prada comenzar a dar información detallada a la comunidad médica en múltiples foros científicos y a la gente en general a través de los medios de comunicación, sobre la naturaleza de la nueva enfermedad, sus posibles causas y formas de trasmisión. En Diciembre de 1988 tuvo la oportunidad de comenzar a usar Zidovudina de forma experimental, como el primer antiretroviral que apareció en el mercado. En 1990 realizó junto con Nohora de Merino (en esa época Jefe del Laboratorio de la fundación Santa Fé) y la Universidad de John´s Hopkins, el primer estudio sobre “VIH, prácticas sexuales y contactos con extranjeros en Colombia (J of Aids 1990;3(4):330-334)”, introduciendo de esta forma el uso de la prueba diagnóstica en el país, no solo para los pacientes sospechosos, sino para la detección de la infección en donantes de sangre. Posteriormente se propuso organizar a sus pacientes con VIH, con el fin de utilizar la recién creada Constitución de 1991 para obtener los beneficios de los derechos de tutela y así tener acceso por primera vez a las pruebas diagnósticas y a los primeros tratamientos, derechos que defendió como perito ante la Corte Suprema de Justicia.
Si volvemos atrás, el Dr. Prada dedicó los primeros años luego de su regreso al país a contarle a la comunidad científica sobre la existencia de su especialidad y sus efectos benéficos en el progreso médico. Hasta entonces, cada subespecialidad médica o quirúrgica (todavía ahora?), presumía conocimiento sobre las enfermedades infecciosas y su tratamiento, circunstancia que sin duda ha impedido de manera notable el cabal desarrollo de la subespecialidad en el país.
Con el fin de promover el desarrollo y la educación de médicos en la Infectología, como una subespecialidad de la Medicina Interna, se convocó un grupo de expertos en la especialidad para decidir la creación la Asociación Colombiana de Infectología. Para el efecto, se realizó una reunión preliminar, aprovechando el relanzamiento mundial de Amikacina, que convocó a la mayoría de los hoy Fundadores, en Puerto Vallarta (México). Allí se sentaron los fundamentos de la nueva Asociación y se citó para una reunión formal en Medellín, con el fin de consolidar lo acordado. En esa reunión (13 de Marzo de 1.987), se crearon las bases que regirían la naciente Sociedad y se eligió al Dr. Eduardo Leiderman como su primer Presidente. Del 28 al 30 de Marzo de 1.992, Jaime Saravia, Guillermo Prada y Otto Sussman organizaron el Primer Congreso Colombiano de Infectología en el Hotel Tequendama de Bogotá. En 1.995 se creó la Revista Infectio, como el órgano oficial de difusión científica de los Infectólogos colombianos, gracias a los esfuerzos de los Doctores Miguel Guzmán, Jaime Saravia y Guillermo Prada. Como dato curioso, una amiga del Dr. Prada, Pilar Arango (artista y restauradora reconocida), diseñó el logotipo de la Asociación.
Durante su actividad profesional el Dr. Prada ha sido Médico personal del Presidente de la República (1980), Presidente y creador del Comité de Infecciones de la Fundación Santa Fé (1996-1997 y 1999 hasta la fecha), Jefe de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Fundación Santa Fé (1988-1999 y 2001 hasta la fecha), Miembro de la Comisión Nacional de Sida (1994-1995), Asesor del Ministro de Salud en Enfermedades Infecciosas (1994-1995), Director Científico de Preventium (1997-1999) y Jefe de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Javeriana (1997-1999).
En 1993 fue elegido en Lima, Perú, Vicepresidente de la Asociación Panamericana de Infectología y posteriormente Presidente de la misma Asociación, con ocasión del VII Congreso Panamericano, que él organizó en Mayo de 1995, en conjunto con el VI Congreso Latinoamericano de Pediatría y el II Congreso Colombiano de Infectología en Cartagena de Indias, todo con la invaluable ayuda de los Drs. Santiago Ferro Osuna y Carlos Torres Martínez y de los miembros de la ACIN. El notable éxito de esta reunión científica permitió hacer que la ACIN fuera reconocida internacionalmente, creó contactos invaluables para sus miembros y ayudó a consolidar económicamente tanto la Asociación Panamericana como la Colombiana.
Con ocasión de la Presidencia Panamericana, el Dr. Prada aprovechó la oportunidad, entre otras cosas, para organizar en Bogotá (1.995), el primer simposio sobre vacunación en los adultos, que si bien no logra aún las metas definidas, ha contribuido de manera notable a desarrollar un campo fundamental que hasta entonces no se había considerado en el subcontinente y cuyos beneficios están fuera de cualquier consideración.
En 1997 creó la Revista Panamericana de Infectología y fue su editor-fundador durante cinco años. En 1998 fue elegido “Fellow” de la Asociación Americana de Enfermedades Infecciosas, honor que fue compartido junto con los Drs. Raúl Istúriz de Venezuela y Eduardo Gotuzzo del Perú. Esta fue la primera oportunidad en la que los Latinoamericanos éramos distinguidos con este honor; al mismo tiempo el Dr. Prada fue elegido miembro del Comité de Asuntos Internacionales de la misma Asociación en Washington, D.C. (1998-2000).
Además de las Sociedades mencionadas, el Dr. Prada ha sido miembro de la Asociación Colombiana de Medicina Interna, la International Society for Infectious Diseases, el American College of Physicians, la Panamerican Trauma Association, la American Society for Microbiology, la Asociación Colombiana de Lucha contra el Sida y la Asociación Colombiana de Pediatría (Honorario).
También ha sido miembro del Comité Editorial de revistas como las dos que ayudó a fundar: Infectio y Revista Panamericana de Infectología, además de Acta Médica Colombiana, Biomédica, ILADIBA, Boletín de la Asociación Panamericana de Infectología, Infección en Cirugía (Venezuela), Actualizaciones en Sida (Argentina) y The Brazilian Journal of Infectious Diseases.
En términos de publicaciones el Dr. Prada ha sido editor de dos libros: SIDA: Complicaciones Infecciosas y Tumorales, e Inhibidores de Beta-lactamasas. Si hablamos de artículos de libros y publicaciones científicas posee alrededor de noventa, impresos en revistas nacionales y del exterior y de más de cincuenta “Resúmenes” presentados en reuniones tanto del país como internacionales.